Formar de manera integral la niñez y la juventud con atención a sus aspectos bio-psico-socio-espiritual, haciéndolos sujetos de su propio desarrollo y así lograr que éstos favorezcan, con criterios de amor y justicia, la construcción de una sociedad justa y cristiana. Comprometiendo a la familia como responsable fundamental de la educación de sus hijos y contando con un capital humano altamente calificado y motivado a educar para la vida, capaz de aceptar los métodos y propuestas de los nuevos retos pedagógicos.